Eduardo Sanz Lovatón, Director General de Aduanas, comparte anécdotas de su infancia, mencionando cómo un apodo familiar "ya yo" se ha mantenido con él a lo largo de los años.
Describe su personalidad de estudiante como excelente y tranquilo, aunque bromea sobre las posibles discrepancias en la percepción de su madre.
En su tiempo libre, disfruta de la lectura y pasar tiempo en Jarabacoa, destacando su preferencia por la habichuela blanca sobre la roja.
Sanz Lovatón expresa su amor por causar sorpresas positivas en las personas y su deseo de mantener una tranquilidad emocional en su trabajo en Aduanas, reconociendo que, aunque los errores son inevitables, busca lo mejor para su institución y su familia.
Tiene un hijo llamado igual que él y desea que trabajar en la Aduana sea motivo de orgullo, similar al que se tiene por trabajar en grandes multinacionales o instituciones respetadas como el Banco Central.
Su objetivo es mejorar el prestigio de la Aduana durante su gestión, sintiéndose honrado y privilegiado por su rol..